jueves, 30 de septiembre de 2010

Las escuelas: a dónde ir

Una vez que ya te has quitado de enmedio los exámenes empieza una nueva fase, completamente distinta pero exactamente igual de absorbente. Ahora toca investigar y decidir a qué escuelas ir.

Llegados a este punto, lo primero que hacemos todos es empezar a ver ránkings: The Economist, Financial Times, Business Week, US News, etc., porque todos queremos ir a la mejor escuela posible, pero conforme más rankings vemos, más locos nos volvemos, para empezar porque ves que hay muchas escuelas muy buenas, y para seguir porque según quién haga el ránking, una escuela está muy bien o menos bien considerada.

Luego empiezas a ver opciones en Europa, en EE.UU., en Asia... y todas parecen estupendas, y la pregunta es: "entonces, ¿cuál elijo?"; porque en todas no puedes solicitar plaza (los procesos de solicitud son tediosos, requieren mucha paciencia y mucho tiempo, especialmente los essays), pero tampoco vas a intentarlo sólo con una o dos, porque el riesgo de quedarte fuera es muy alto (las escuelas top, que aparecen en lo alto de todos los rankings, suelen ser muy selectivas).

Mi consejo personal, y tomadlo como eso porque mi intención no es deciros lo que tenéis que hacer, es que investiguéis y vayáis más allá de la mera posición de los rankings. Para que os hagáis una idea, yo creo que hay varios grupos de escuelas entre las que las diferencias son mínimas. Tenemos el grupo de las top, que lo conforman unas 10 escuelas, otro grupo formado por escuelas también muy buenas, pero un escalón por debajo de las top (por debajo no tanto en cuanto a calidad sino en cuanto a fama, pq yo creo que algunas de las que todo el mundo incluye en este grupo son incluso mejores que algunas top, preferencia personal, al fin y al cabo), y un tercer grupo formado por second tier.

Yo tomé los rankings como una referencia, de allí saqué una lista de unas 20 escuelas sobre las que empecé a leer cosas y a investigar, y también a descartar escuelas hasta quedarme con una lista de 5, que creo que es el máximo de escuelas a las que se puede aplicar en un año (más de 5 va a suponer tal carga de trabajo que es casi imposible). Tened en cuenta una cosa, en vuestra lista de escuelas siempre es bueno tener alguna opción de back-up, alguna escuela second tier, de nivel medio-alto en la que sea un poco más sencillo entrar y que os asegure que no os vais a quedar sin MBA, pero bueno, si tenéis muy claro que o váis a determinadas escuelas o no os merece la pena hacer el MBA, esta back-up option no será necesario.

En cualquier caso, las diferencias entre unas escuelas y otras son escasas, por eso hay tantas variaciones de un ranking a otro, y por eso hay que ir más allá de rankings e investigar sobre el programa, especialidades, profesores, recruiting, en qué puestos y en qué industrias suelen colocarse los graduados de la escuela, etc., pero sobre todos esto factores, creo que lo que tienes que buscar es el feeling con la escuela.

Ya os he hablado en alguna ocasión de lo importante que es tener las ideas claras y saber qué quieres obtener del MBA. Pues exactamente igual que debes saber lo que quieres del MBA, debes saber qué quieres de la escuela, cómo quieres que sea, si quieres ir a una escuela que fomente un ambiente colaborativo, el trabajo en el equipo y que te ayude a aprender cómo gestionar personas, o si prefieres una escuela más individualista o más centrada en la competitividad individual, que forme élites y líderes de masas. Tanto en un caso como en el otro, vas a encontrar una escuela top que encaja con tus preferencias, por lo que te aconsejo que te olvides de los nombres y de los números, y no incluyas a Harvard en tu lista, por muy bien que pinte, si crees que el ambiente de Harvard no corresponde a lo que tú quieres del MBA.

Lo de detectar el feeling es una tarea complicadilla, si tienes la oportunidad, lo mejor es hacerte un viaje y visitar las escuelas, porque es estando en el campus como mejor te puedes hacer una idea de lo que va a ser el MBA y de si ese es tu sitio. Si como ha sido mi caso, lo del viaje es imposible, existen otras formas de contrastar si una escuela determinada es vuestro sitio o no, podéis apuntaros a las sesiones informativas que prácticamente todas las escuelas organizan un par de veces al año en varias ciudades españolas (en Madrid seguro, y algunas van también a Barcelona e incluso a Valencia), también podéis escribir a la oficina de admisiones de la escuela en cuestión (no os cortéis, son muy amables y están encantados de responder a vuestras preguntas) pidiendo que os pongan en contacto con algún alumni o alguien que esté estudiando el master, sus experiencias y consejos os van a ser muy útiles; o podéis buscar en Internet, leer foros, blogs (casi todas las escuelas tienen blogs en los que sus alumnos cuentan sus experiencias en la escuela) e incluso hay por ahí una guía de Princeton Review que te hace un análisis bastante completo de cada escuela y de cuáles son sus puntos fuertes, incluyendo testimonios de estudiantes sobre la escuela, el programa, los profesores y la vida fuera del campus. Y es que recursos no faltan para el que está interesado en investigar, tenlo por seguro.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Los exámenes (y IV): Cómo preparar el GMAT

En cuanto a la preparación del examen, yo empecé a preparar el GMAT por mi cuenta, con el libro Cracking the GMAT (Princeton Review), que me vino bastante bien para entender qué es el examen y cómo está planteado, y para empezar a repasar matemáticas (hacía como 10 años que había olvidado la geometría), pero cuando empecé a hacer ejercicios de matemáticas, y cuando empecé a leer de qué iba la parte verbal, me dí cuenta de que iba a necesitar ayuda, especialmente con sentence correction y con la parte matemática en general, así que pregunté y dí con el que creo que es el mejor profesor de GMAT que tenemos en España, Kevin Armstrong.

Kevin hace el GMAT una vez por año, para comprobar que no ha habido cambios en el tipo de preguntas y que su curso es efectivo, y puede presumir de haber sacado 790 puntos, todo un récord. Es un crack con las matemáticas, conoce muy bien el examen, sabe exactamente qué es lo que te vas a encontrar en el GMAT y tiene un repertorio de ejercicios casi infinito.

El curso de Kevin es carillo, no os voy a engañar, pero si lo comparas con los cursos que te ofrecen en otras academias de Madrid como Kaplan o Hiedra Centers, os puedo asegurar que es muy económico, también es barato si tienes en cuenta que examinarte de GMAT cuesta 300 dólares, por lo que si tienes que repetir el examen por no haber conseguido la nota que quieres/necesitas, la broma te saldrá bastante cara. Lo mejor del curso de Kevin es que además del curso, en el precio se incluyen seis clases particulares que agradecerás cuando empieces a hacer simulacros de examen. Además Kevin te ofrece flexibilidad en caso de que necesites acelerar el curso, reforzar alguna parte en concreto, si algún día no puedes ir a clase o si te surge cualquier otra cosa.

¿Y cómo contactar con Kevin? fácil, tiene página web, entra en http://www.gmatclasses.es y ponte en contacto con él, de verdad, no te vas a arrepentir.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Los exámenes (III): seguimos con el GMAT

El GMAT propiamente dicho cuenta con dos secciones, una verbal y otra matemática. La parte verbal tiene tres tipos de preguntas: sentence correction, critical reasoning y reading comprehension. Por otro lado, en la parte cuantitativa encontrarás preguntas de dos clases: problem solving y data sufficiency; que testarán tus conocimientos en materias tales como aritmética, álgebra y geometría.

En la primera de las secciones de la parte verbal, sentence correction, te aparecerá un texto más o menos largo en el que una parte estará subrayada (puede estar subrayado hasta el párrafo completo), la cual tendrá errores gramaticales que debes detectar y corregir, aunque ojo, también puede darse el caso de que no haya errores gramaticales, y la parte subrayada de la frase esté correctamente formulada tal y como se te presenta. Justo a continuación del texto, y puesto que se trata de un examen tipo test, te aparecerán en pantalla cinco opciones de respuesta de entre la que deberás elegir la respuesta más correcta.

La primera de las opciones de respuesta en Sentece Correction es la misma frase que te aparece en el enunciado de la pregunta, por lo tanto elegirás esta opción cuando creas que el texto no contiene ningún error gramatical o semántico. En el resto de opciones de respuesta encontrarás cuatro versiones distintas de la frase o texto que te aparece en el enunciado; en caso de que creas que la primera respuesta no es correcta, deberás elegir entre estas cuatro opciones aquella que sea gramaticalmente más correcta sin alterar el sentido y significado del texto original. Y aquí viene el truco, como habrás podido comprobar, hablo de elegir la respuesta “más correcta” no la respuesta correcta, y eso se debe a que es posible que entre las posibles respuestas aparezcan dos que sean gramaticalmente correctas y respeten el sentido y significado de la oración original, sin embargo, sólo una de ellas será la respuesta acertada, ¿cuál de ellas? Normalmente la más concisa, porque al GMAC le gusta comprobar si sabes ser conciso. Sé que esto suena tremendamente complicado, pero no te preocupes porque al final “tan sólo” tendrás que aprender a manejar una lista más o menos larga de reglas gramaticales que son las que el GMAC suele testar, y habrá truquitos que te ayuden a identificar la respuesta correcta.

Seguimos con la parte verbal, y ahora te explicaré en qué consisten las preguntas de Critical Reasoning. Esta sección trata de evaluar tu razonamiento crítico, y para ello te presentan un argumento que tiene algún fallo de razonamiento, el cuál deberás detectar. Los fallos son diversos, no obstante, hay una serie de preguntas que deberás hacerte a ti mismo cuando leas el argumento y que te ayudarán a detectar los fallos de razonamiento. Por ejemplo, si el argumento está haciendo una comparación entre dos poblaciones, deberás plantearte si realmente esas poblaciones son comparables (esto es, que no están comparando naranjas con zanahorias, que no tienen en común más que el color).

Finalmente, en la parte verbal del GMAT encontrarás preguntas de Reading Comprehension, en mi opinión, las más sencillas de todas, porque desde que somos pequeños hemos hecho ejercicios de este tipo en clase de inglés. Consiste en leer un texto y responder preguntas sobre él. Hay varios tipos de preguntas, en algunas preguntan cosas que aparecen literalmente en el texto, en otras se te pregunta qué quiere decir el autor o que se desprende de una determinada afirmación. Total, nada del otro mundo, basta con leer con cuidado el texto y al acabar hacer un esquema mental del contenido de cada uno de los párrafos. Un poco de práctica y verás cómo controlas esta sección sin mayores problemas.

Ahora pasemos a la parte cuantitativa. En esta sección te vas a encontrar dos clases de preguntas, la primera, Problem Solving, que son los problemas de toda la vida, sólo que formulados al estilo americano, ya sabes, en plan “si un coche sale de Vermont a 100 km/h y otro de Boston a 200 km/h, ¿dónde se encontraran?”, y deberás elegir entre cinco respuestas posibles. Pero además, y aquí viene lo mejor, te vas a encontrar otro tipo de preguntas de las que probablemente no hayas oído hablar en tu vida, Data Sufficiency.

En las preguntas de Data Sufficiency tendrás que leer el enunciado de un problema y decidir si tienes suficientes datos para responder a la pregunta que formula el problema. Además del problema, vas a encontrar dos oraciones que se supone que contienen datos que completan el enunciado, y tu trabajo es enjuiciar si con los datos que contiene una sola de esas oraciones es suficiente para responder a la pregunta, si necesitas la información de las dos oraciones, o si por el contrario ni con toda la información facilitada es posible resolver el problema.

Suena complicado, ¿no? Bueno, es difícil entender el sentido de estas preguntas, porque el GMAC no quiere que resuelvas el problema, quiere evaluar tu juicio crítico y determinar si sabes exactamente qué información necesitas para resolver un problema concreto. Esto implica que no basta con conocer una forma de resolver el problema, sino que debes plantearte si existe algún método matemático que te permita resolver el problema con la información de que dispones. En este tipo de preguntas es fundamental no perder de vista la pregunta del problema, y también es importante tener visión matemática.

Lo bueno, y la razón por la cual no debes agobiarte, es que el contenido de las preguntas (tanto las de un tipo como las de otro) no es muy complejo. Te van a preguntar conceptos de álgebra, aritmética y geometría que son bastante básicos, vamos las matemáticas del instituto. Aquí hay una gran diferencia entre los que sois ingenieros, que no habéis parado de trabajar con matemáticas y que tenéis una visión geométrica alucinante, y los que venimos de letras o de administración de empresas, para los que la geometría quedó atrás hace tiempo, y que necesitamos un repasillo a esos conceptos básicos para refrescar nuestras memorias.

En mi caso, he de decir que me fue bastante bien en el GMAT, principalmente gracias a que hice una muy buena parte verbal, y eso me subió mucho la nota, porque mi parte cuantitativa es más bien normalita, pero claro, yo vengo de letras, así que creo que es normal que mi verbal fuera mucho mejor. Sin embargo, sí os aviso, estudiarlo fue un infierno, porque por si fuera poco ponerse a estudiar estas cosas a la vez que trabajas, encima a mí se me tocó estudiar en el mes de junio más caluroso desde que hay datos registrados, y os puedo asegurar que hacer ejercicios de matemáticas mientras la calor te asfixia requiere mucha motivación y muchas ganas de hacer el MBA.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Eres mujer, ¿seguro que quieres hacer un MBA?

Si como yo eres mujer, simplemente llegar hasta aquí ya ha supuesto un duro camino. La mayoría de las mujeres, especialmente en España, ni siquiera saben lo que es un MBA, y de aquellas que sí lo saben, muchas ni se lo plantean.

Si ya tienes el MBA en tu cabeza, bienvenida al club, sé que tomar esta decisión es difícil, a mí me ha costado tomarla, y me lo he repensado muchas veces, incluso después de tener superado el GMAT. Y esto pasa porque siempre tienes a alguien por ahí diciéndote que pongas los pies en la tierra y te dejes de historias, que eres mujer, que algún día te tendrás que plantear tener una familia, y meterte en un proyecto como el MBA cuando estás cerca de la treintena implica retrasar demasiado la maternidad, que trabajar y ser madre ya supone un gran esfuerzo como para empeorarlo buscando un trabajo a tiempo completo "que te complique la vida"... entre otras lindezas.

Cuando te repiten ese mensaje una y mil veces (como me ha pasado a mí) te piensas las cosas una y mil veces, "porque algo de razón tendrán"; además, cuando tu entorno cercano apoya esta tesis, supone un gran esfuerzo y un gran cambio ir en contra de tu "educación" (en mi caso: "eres mujer y algún día te tendrás que hacer cargo de una casa, y para poder llevar casa y trabajo adelante lo mejor es tener un trabajo de media jornada o ser funcionario") y tomar la decisión de hacer un MBA, y dedicar a ello todo el tiempo, esfuerzo y dinero que requiere, siendo totalmente consciente de lo que ello conlleva y de la forma en la que estás cambiando tu vida.

En este sentido los hombres lo tenéis un poco más sencillo, no tenéis reloj biológico y socialmente no estáis considerados como los que tenéis que cuidar del hogar (aunque creáis que no, esto todavía pasa, creedme). Todavía nos queda mucho camino que recorrer como sociedad para cambiar todo esto, pero mientras que esos cambios suceden (o hacemos que sucedan), lo que hay es lo que hay, y actualmente una mujer que se plantea hacer un MBA se va a encontrar con muchos obstáculos, así que si todo esto no ha podido con tu voluntad, enhorabuena y mucho ánimo.

Y como no hay mal que por bien no venga, si después de tener que aguantar tanta monserga sigues segura de que este es tu camino y de que lo que quieres hacer es un MBA, ya tienes buena parte del camino recorrido, porque ahora tienes muy claras tus motivaciones, por qué has elegido este camino y qué quieres conseguir del MBA, y todo ello te va a ayudar en los procesos de solicitud de MBA.